7 de outubro de 2014

Territorios del Diseño y Diseño Territorial - Congreso Factor / Tec de Monterrey / Santiago de Queretaro – México


Aprendí con el tiempo que nuestra tarea como educadores no es enseñar nada. Uno solo aprende lo que desea. Nuestra tarea es, sin embargo, provocar una reflexión, apuntar caminos, dar ejemplos y hacer preguntas.
Así empezo esa charla haciendo una pregunta fundamental:
Qué desean y esperan de su vida?

Creo que el objetivo de  todos nosotros es tener éxito. Acredito que fue la búsqueda de la recompensa que hizo  el desarrollo de la civilización. La recompensa por los esfuerzos, ya sea comida, refugio, seguridad, amor ...
Es inherente la búsqueda humana por la felicidad.
Así que muchos piensan que la felicidad y el éxito van de la mano y son interdependientes. 
Para algunos la medida de éxito es la cantidad de dinero en la cuenta bancaria y los activos adquiridos. La posesión de cosas como objetivo en la vida. No hay nada malo en querer ser rico. Desde que preservando la ética, respectando el medio ambiente, la cultura y la sociedad. Pero así es un poco más complicado.
Para otras personas lo importante es ser reconocido por sus méritos académicos y científicos. Pero eso depende de tiempo, mucho tiempo, estudios en profundidad, de investigaciones importantes, producción académica, redes de cooperación..
Para otros tantos  los que desean es ser reconocidos por su actividad como diseñadores. Tener mérito público no es fácil en un mundo donde todos son considerados (por si mismos) los mejores en lo que hacen, sea por el costo sea por la calidad.
Y al final el mercado elige uno o dos diseñadores autorales para definir y vender un "estilo del país".
Yo personalmente creo haber logrado mucho más reconocimiento del que podía imaginar haciendo en la mayoría del tiempo, política de diseño. En la coordinación de los programas de promoción del diseño junto a los gobiernos en Brasil y otros paises de Latinoamérica, realizando eventos, coordinado tallers, creando cursos  y participando en acciones que crearon una red planetaria e informal de diseñadores y cuates.
A continuación, con los esfuerzos internacionales incluyendo la participación en la junta directiva del el ICSID, en la creación de la Asociación "Diseño  'Asociación de Fronteras y en la participación en grupos de trabajo de la UNESCO.
Ser reconocido por su acción política es considerado por muchos un demérito en lugar de un atributo. La mayoría de las personas tuercen la nariz en los asuntos políticos.
Sin embargo no se olviden que hacer diseño es por sí mismo un acto político. Como dijo Stefano Marzano, de la Phillips, "cada vez que diseñamos alguna cosa estamos haciendo una declaración sobre el mundo que queremos."
Personalmente veo la política como el arte de la persuasión. Defender una idea y un principio del bien común es, para mí, la acción política más noble.

Creo que para la mayoría de las personas es la oportunidad de vivir haciendo lo que le da placer que es sinónimo de éxito.
Hacer lo que les gusta es lo mas importante. Es sinónimo de  calidad de vida. Encontrar la satisfacción, en un amanecer cualquiera, frente a la computadora, con buena música como banda sonora, terminado un proyecto. Puede haber allí un momento de felicidad.

En las pocas oportunidades que he sido maestro, he dicho a mis alumnos que una persona tiene que estar dispuesto a ir a la escuela, especialmente si es para un curso de diseño.
Eso debe ser una cosa placentera, porque si no, uno de los dos se equivoco en su elección profesional. O bien el estudiante o el profesor..

El placer y la satisfacción son los más importantes en el trabajo creativo, ya que crean una espiral virtuosa.
Hacer las cosas con satisfacción trae un mayor compromiso. Más dedicación, mejores serán los resultados. Mejores serán los resultados, mayor es el grado de satisfacción. Aumentando la satisfacción vienen todavia mejores resultados y así sucesivamente.
Por lo tanto, todo lo que una persona hace depende en gran medida de la cantidad de tiempo dedicado a esa tarea.

Los que trabajan con el cerebro, más que con las manos, en una actividad que requiere creatividad, tienen un vinculo permanente con su actividad, porque todo lo que ve, siente y comprende es parte de su trabajo.
Para un diseñador todo su tiempo esta dedicando a una misma tarea, aunque sea inconsciente, que es capturar y procesar códigos culturales. Además de eso son las emociones el motor del cerebro creativo. Mayor sea la energía positiva provocada por emociones y experiencias gratificantes mejor será el resultado de su trabajo. Por eso y para ser m[as creativo, viva intensamente las 24 horas del día.

¿qué es ser creativo?  Es tener una respuesta eficaz, inusual, encantadora y sorprendente a los problemas existentes en la interfaz del hombre con su medio ambiente.
Para eso es necesario romper los límites. Ir donde otros tienen miedo. No puede haber cambio radical empezando por los detalles. Si desean cambios profundos o revolucionarios deban pensar primer en el todo y después en los detalles. 
Hay que ver el mundo con el nuevo tipo de visión "ojo de pez" que percibe el 360 como campo de la reflexión. Ver las interrelaciones de todo con todo. Encontrar las causas y no sólo las consecuencias. Tener una lectura menos vertical, más horizontal de la realidad.

Parodiando el gran escritor brasileño Guimarães Rosa, que escribio: "De profundo yo sé muy poco, pero sospecho de muchas cosas."
Como diseñadores nunca seremos especialistas, somos mucho mas generalistas, pero teniendo en cuenta que no hay dos lugares ni dos momentos iguales. Tenemos de ser mas adaptados ya que el cambio es una constante.
Busquen expandir  las fronteras del pensamiento, salir de las cajas y cuadrados mentales.
Para lograr eso és necesario hacer las preguntas necesarias y obtener respuestas precisas. Qué hacer? Para quien hacer? ¿Por qué hacer? Aparte de las cuestiones prácticas: ¿con Quién? ¿Cuándo? ¿Y con cuánto?

Howard Gardner, psicólogo cognitivo y educador estadounidense, de la prestigiosa Universidad de Harvard, desarrolló la teoría de las inteligencias múltiples. Obtuvo nueve tipos de inteligencias:
• Inteligencia Lingüística
• Inteligencia Musical
• Inteligencia Lógico / Matemática
• Inteligencia Visual / Espacial
• Inteligencia Corporal / kinestésica
• Inteligencia Interpersonal
• Inteligencia intrapersonal
• Inteligencia naturalista
• Inteligencia existencialista
Personalmente creo que el diseño es la décima inteligencia.  Mucha pretensión o excesiva autoestima de mi parte?

En el mundo de los negocios el término "design thinking" esta siendo utilizado como una nueva forma de abordar los problemas a nivel de la alta dirección.
Como nuevos descubridores, los gurus de la gestión encontraron con el “pensamiento del diseño”  la solución de sus problemas.
Este reconocimiento de que nuestra forma de pensar lleva a un nivel mas elevado de calidad y que nos distingue de otros especialistas abre nuevas puertas y crea nuevas posibilidades de actuación.
¿Por qué sólo entonces diseñar productos, mensajes y espacios?
Podemos diseñar cualquier cosa que exista en la relación entre el hombre y su entorno, incluyendo la forma de ver y ocupar sus territorios. 

Características del diseño:
Un enfoque holístico e integrado;
Una visión de conjunto y no de las partes de un problema;
La colocación del hombre en el centro del problema.
Sus necesidades, deseos y aspiraciones como el foco de
nuestras inquietudes;
La belleza y la sorpresa como inseparables atributos de
los resultados de un proyecto;
La intuición como un atributo y no un defecto;
La capacidad de procesar y descifrar los repertorios
culturales como la esencia de nuestro mundo material. 

En resumen, lo que ofrecemos es una mirada distinta. Una forma de rescatar la autoestima de las personas mediante la búsqueda de los valores que definen su forma de vida.
La valoración de su identidad y de los lazos emocionales con su historia y su pasado.
Mirar al pasado para ayudar a diseñar el futuro. Como dijo Aloisio Magalhães, un pionero del diseño brasileño, haciendo una metáfora con el acto de diseñar:
"cuanto más atrás se estire la liga de la resortera más lejos se lanza la piedra."
El diseño siempre empeza por escuchar y conocer la demanda.  Es necesario empezar por oír  la gente a través de una "escucha sensible" capaz de ver más allá de sus necesidades a corto, medio y largo plazo, también a sus aspiraciones y deseos.

Actualmente, la seguridad y la libertad son exigencias básicas y no negociables entre los ciudadanos y el Estado.
Además de éstos también necesitamos la asistencia sanitaria, la educación de calidad, oportunidades de empleo, vivienda digna, la movilidad y el acceso de las comunicaciones.
Somos seres gregarios que construyen su identidad en la alteridad.
Estamos siempre en la busqueda de nuestra aceptación por nuestros iguales. Como en la película mexicana "Paraíso" de Mariana Chenillo, donde la pareja de gorditos es socialmente segregada y sufre un choque de identidad cuando se trasladan al DF. Los distintos códigos sociales y estéticos son diferentes en la capital que en otras partes dentro de un mismo país. Hacer diseño es comprender esas diferencias.
Por sermos gregarios de origen necesitamos comunicarnos más y más, todo el tiempo, que ahora conectados a través del mundo virtual.
Así nuestro universo social fue ampliado desde la calle hasta el barrio, del barrio a la ciudad, de la ciudad al mundo.
Nuestros ideales, sueños, proyectos pueden ser compartidos en tiempo real con las personas físicamente distantes. Este intercambio de conocimientos es la clave para el futuro. El trabajo cooperativo. Cocriativo.
Esa es la diferencia entre la práctica del diseño que defiendo con el diseño de autor, que es un ejercicio introspectivo e individual.

El diseño que hicimos todos eses años fue un diseño de creación compartida, trabajo de equipo, donde todo el personal involucrado en los proyectos se les dio el crédito, sin importar el tamaño de cada contribución individual, que a su vez varía de un proyecto a otro. En resultado es fruto de un esfuerzo colectivo y no hay porque definir protagonismos.

Sentí la aparición de esta ola de conectividad en el comienzo de los años noventa, cuando tuve el placer de conducir un experimento de diseño compartido con un grupo de estudiantes en Suiza y otro en Colombia.
El final de cada día de trabajo y teniendo en cuenta la diferencia de zona horaria de ocho horas nos enviamos los resultados por fax (única manera de enviar imágenes en el momento) de las propuestas de utilizar "Bambú Guadua" para crear nuevos productos.
Los proyectos eran así retomados al inicio de cada dia por el otro grupo de estudiantes, durante una semana.
El uso intensivo del fax en la trasmisión de imágenes fue el comienzo de un cambio en el patrón de conectividad sin precedentes en la historia humana.
Con el incremento de la conectividad se intensificaran las relaciones de intercambio de información y experiencias. Más participación significa aún más compromisos.
Esta nueva generación, más conectada, más comprometida, en breve estará por delante de nuestras instituciones públicas, económicas, financieras, educativas e industriales y con ella una nueva forma de hacer negocios y conducir los destinos del planeta.

El pensamiento racional y lineal, cartesiano, la centralización, la postura economicista, está dando paso a un pensamiento asimétrico, intuitivo, sensible, orgánico, ecologista, humano y compasivo.
Más transparencia y la honestidad ya no son cualidades, pero los atributos inherentes a esta nueva generación que sabrán que nada se puede ocultar.
La pérdida de la privacidad es el precio por un exceso de conectividad, cuyos mecanismos existentes son capaces de rastrear nuestros pasos reales o virtuales. Las cámaras ocultas, drones, satélites, nos observan en todos los lados. Las personas se verán obligadas a pensar dos veces antes de cometer un delito o acto socialmente reprobable.
Así la ética será entendida como un acuerdo social para que todos tengan una vida plena. 

Creo ser necesario un cambio radical en la enseñanza y la práctica del diseño. Debemos dejar de lado nuestra compulsión a pasar a la posteridad simplemente como creadores de objetos de deseo. Tenemos que ser más compasivo y menos compulsiva. Más generoso y menos egoísta. Hacer las cosas con más inteligencia y menos materia.
Estima-se que 150.000.000 de personas alrededor del mundo tengan problemas de visión sin acceso a alternativas de corrección.
OneDollarGlasses, fundación creada Por el Alemán Martin Aufmuth, en junio de 2012, produce gafas a personas carentes al costo unitario de 1 dólar utilizando acero flexible, plástico y lentes de policarbonato, incluyen materia prima y costo de producción.

El territorio de diseño

El territorio del diseño dentro de esta nueva dimensión y responsabilidad, ya no pertenece exclusivamente y diseñadores.
Para hacer del diseño una realidad es necesaria la confluencia de conocimientos diversos que agregan o complementan la inteligencia disponible.
Diseñar productos, mensajes, espacios o territorios debe tener en cuenta el alto grado de especificidad de cada proceso de producción existente, cada elemento de costo entrenador en un proyecto, cada condicionamiento socio-cultural.
Eso requiere la formación de equipos multidisciplinarios para enfrentar problemas con un grado razonable de complejidad.
Es sueño de ser un diseñador de las multinacionales o de las industrias del silito valley es un privilegio para muy pocos, quizás de un para cada cien mil egresados.
Mas que buscar empleos tendrán de crear sus propios negocios.
Sin embargo, el mercado de diseño, hoy por hoy, es en su mayoría compuesto por PyMEs que están conscientes de la incapacidad de competir con  el precio del producto y solamente la diferenciación cualitativa es el elemento que le pueda sacar adelante.
Eso significa hacer las cosas de modo distinto. Encantar y sorprender. Valor nuestra cultura y nuestras singularidades. En México encuentro ejemplos de empresas que logran éxito poniendo en valor los elementos singulares de la cultura mexicana, con sus colores, su humor, y su modo propio de hacer las cosas.

En este nuevo contexto, de la economía de la experiencia, el valor simbólico de los productos y servicios es lo que define su valor de mercado. Por lo tanto, los lazos culturales representan un conjunto de atributos valorados por los consumidores. Respetar el medio ambiente y la capacidad de crear valor en la comunidad se consideran como valor agregado, reconocido y valorada por el mercado.
Cada producto tiene un vínculo cultural, ya sea con la cultura de destino, si la cultura de origen. 

La síntesis de mi propósito profesional durante toda la vida, fue el acercamiento  del mundo hacia mi pueblo, literal y metafóricamente. A través del intercambio internacional presente en todas las actividades que coordiné, especialmente el  LBDI y el CDC, se ha creado una cultura del diseño, al mismo tiempo cosmopolita y llena de contenido  cultural y teniendo en cuenta los problemas locales.

30 años después de mi maestría en Diseño Urbano en Suiza sigo defendiendo la posibilidad de proyectos DE "Diseño territorial" como complemento fundamental de una estrategia de desarrollo regional integrado. 
El objetivo principal es identificar una visión de futuro para un territorio, posible y aspirado por los que viven allí.
Construida como una visión compartida, incluyendo un público imposible estar presente, que son las futuras generaciones, ausencia excusada con la proyección de sus necesidades y demandas.
La primera tarea es definir en palabras e imágenes, sencillas, comprensibles y memorables una visión de un futuro, posible y soñado.
Haciendo un breve discurso, verbal, grafico y visual, multiplicado y adoptada como una declaración acerca de la ciudad o del territorio.
Ejemplos? ILOVENY, I`Amstedan o asumiendo el protagonismo en una de las áreas de la economía creativa como hacen las ciudades miembros de la Red Mundial de Ciudades Creativas de la UNESCO.
La segunda tarea és traducir los principales iconos construidos en una cartografía ilustrada  representado el  espacio territorial como herramienta de ubicación geográfica, ayudando a las personas a localizar e identificar a sí mismos y mentalmente tomar posesión de ese espacio.
Productos tipicos  y la artesanía.
Relacionar y valorar los productos del territorio por su expresión cultural única y singular con el uso del diseño, creando oportunidades de ingresos y empleo, mejorando de la autoestima de los productores y el amor por las cosas del lugar por sus habitantes.
Acupuntura Urbana.
Proponer intervenciones simbólicas y de impacto relacionados con el uso del espacio colectivo, con soluciones puntuales. Como una acupuntura en la trama urbana, generando un efecto multiplicador y beneficioso.
Escala Humana.
Proponer soluciones dentro de la escala humana teniendo como reto la promoción de la sociabilidad, a ejemplo de las zonas peatonales que unen la cultura, el comercio y el ocio. Las Ramblas en Barcelona…
Considero un territorio como una área demarcada por sus similitudes y virtudes. Son los elementos que definen un paisaje cultural que el diseño se utiliza para enfocar su visión. Una mirada crítica y atrevida, considerando que para alcanzar un nivel de vida decente para todos es necesario priorizar el bienestar colectivo.
Cada lugar, cada ciudad, cada territorio tiene una historia y una vocación. Entender-los y respecta-los es el primer compromiso del diseño urbano.
Nuestra perspectiva se reduce (como se ha explicado por el profesor Norman en la película "Lucy", de Luc Besson): "sólo supervivir si las condiciones son adversas o reproducirse si las condiciones son favorables." Así que tenemos que crear las condiciones para que podamos aspirar a una vida digna para nosotros y nuestros hijos teniendo en cuenta que los cambios comienzan dentro de nosotros.

Así volvemos al punto de partida de nuestra reflexión.
¿Cuál es nuestro objetivo?
¿Qué camino tomar antes de cada evento, situación o problema nuevo?
Tenemos que hacer esta pregunta todos los días y en todo momento, ya que el día de la decisión es hoy.

Según San Agustín, sólo tenemos la capacidad de percibir y medir el tiempo por el tiempo que transcurre. "Nuestra percepción del tiempo permite dividirlo en tres partes: pasado, presente y futuro. Desde nuestra experiencia, sabemos que estas tres etapas son muy distintas unas de otras. El pasado es el tiempo que se aleja de nosotros, nuestra conciencia, nuestra percepción; es todo lo que ya no es palpable, simplemente porque se ha ido.
El presente es lo que llamamos el "ahora", el momento en que nuestras experiencias ocurren, en el instante que ocurren.
Y el futuro es la consecuencia de las decisiones que tomamos hoy.
Proyectar es diseñar el futuro, crear algo que todavía no existe, y que esta a nuestro alcance concebirlo.
Por lo tanto, bajo esa percepción de la marcha inexorable de la vida hacer las cosas usando el "pensamiento de diseño" parece ser, para mi, la mejor opción.
Para concluir dejo como desafío colectivo buscar una mayor participación y compromiso con su ciudad, no solamente como ciudadanos críticos y conscientes mas aún como diseñadores capaces de apuntar una nueva vía de desarrollo, un nuevo camino entre los muchos senderos que se cruzan y se bifurcan como decía jorge Luís Borges.


Muchas gracias


"Artesanía", por Octavio Paz


"Hecho con las manos, el objeto artesanal guarda impresas, real o metafóricamente, las huellas digitales de quien lo hizo. Esas huellas no son la firma del artista no son un nombre; tampoco son una marca. Son más bien una señal: la cicatriz casi borrada que conmemora la fraternidad original de los hombres. Hecho por las manos, el objeto artesanal está hecho para las manos: no sólo lo podemos ver, sino que lo podemos palpar. A la obra de arte la vemos pero no la tocamos. El tabú religioso que nos prohíbe tocar a los santos – “te quemarás las manos si tocas la Custodia”, nos decían cuando éramos niños – se aplica también a los cuadros y las esculturas.

Nuestra relación con el objeto industrial es funcional; con la obra de arte semireligiosa; con la artesanía, corporal. En verdad no es una relación, sino un contacto.

El carácter transpersonal de la artesanía se expresa directa e inmediatamente en la sensación: el cuerpo es participación. Sentir es ante todo, sentir algo o alguien que no es nosotros. Sobre todo sentir con alguien. Incluso para sentirse a sí mismo, el cuerpo busca otro cuerpo. Sentimos a través de los otros. Los lazos físicos y los corporales que nos unen con los demás no son menos fuertes que los lazos jurídicos, económicos y religiosos. La artesanía es un signo que expresa a la sociedad no como trabajo (técnica) ni como símbolo (arte, religión) sino como vida física compartida.

La jarra de agua o de vino en el centro de la mesa es un punto de confluencia, un pequeño sol que une a los comensales. Pero ese jarro que nos sirve a todos para beber, mi mujer puede transformarlo en un florero. La sensibilidad personal y la fantasía desvían al objeto de su función e interrumpen su significado: ya no es un recipiente que sirve para guardar un líquido sino para mostrar un clavel. Desviación e interrupción que conectan al objeto con otra región de la sensibilidad: la imaginación.

Esa imaginación es social: el clavel de la jarra es también un sol metafórico compartido con todos. En su perpetua oscilación entre belleza y utilidad, placer y servicio, el objeto artesanal nos da lecciones de sociabilidad.

En las fiestas y ceremonias su irradiación es aún más intensa y total. En las fiestas, la colectividad comulga consigo misma y esa comunión se realiza a través de objetos rituales que son casi siempre obras artesanales. Si la fiesta es participación en el tiempo original- la colectividad literalmente reparte entre sus miembros, como un pan sagrado, la fecha que conmemora- la artesanía es una suerte de fiesta del objeto, transforma el utensilio en signo de la participación.

LECCIÓN DE FANTASÍA Y SENSIBILIDAD

Jarra de vidrio, cesta de mimbre, huipil de manta de algodón, cazuela de madera: objetos hermosos no a despecho sino gracias a su utilidad. La belleza les viene por añadidura, como el olor y el color a las flores. Su belleza es inseparable de su función: son hermosos porque son útiles.

Las artesanías pertenecen a un mundo anterior a la separación entre lo útil y lo hermoso. El objeto industrial tiende a desaparecer como forma y a confundirse con su función. Su ser es su significado y su significado es ser útil. Está en el otro extremo de la obra de arte. La artesanía es una mediación: sus formas no están regidas por la economía de la función sino por el placer, que siempre es un gasto y que no tiene reglas. El objeto industrial no tolera lo superfluo, la artesanía se complace en los adornos. Su predilección por la decoración es una transgresión de la utilidad. Los adornos del objeto artesanal generalmente no tienen función alguna y de ahí que, obediente a su estética implacable, el decorador industrial los suprima. La persistencia y proliferación del adorno en la artesanía revelan una zona intermedia entre la utilidad y la contemplación estética. En la artesanía hay un continuo vaivén entre la utilidad y la belleza; ese vaivén tiene un nombre: placer.

Las cosas son placenteras porque son útiles y hermosas. La conjunción copulativa ”y” define a la artesanía como la conjunción disyuntiva define al arte y a la técnica: utilidad “o” belleza.

El objeto artesanal satisface una necesidad de recrearnos con las cosas que vemos y tocamos, cualesquiera que sean sus usos diarios. Esa necesidad no es reducible al ideal matemático que norma al diseño industrial ni tampoco al rigor de la religión artística. El placer que nos da la artesanía brota de la doble transgresión: al culto a la utilidad y a la religión del arte.

En general la evolución del objeto industrial de uso diario ha seguido la de los estilos artísticos. Casi siempre ha sido una desviación- a veces caricatura, otras, copia feliz- de la tendencia artística en boga. El diseño industrial ha sido a la zaga del arte contemporáneo y ha imitado los estilos cuando éstos ya habían perdido su novedad inicial y estaban a punto de convertirse en lugares comunes estéticos.

El diseño contemporáneo ha intentado encontrar por otras vías- las suyas propias- un compromiso entre la utilidad y la estética.

A veces lo ha logrado, pero el resultado ha sido paradójico.

El ideal estético del arte funcional consiste en aumentar la utilidad del objeto en proporción directa con la disminución de la materialidad. La simplificación de las formas se traduce en esta fórmula: al máximo de rendimiento corresponde el mínimo de presencia.. Estética más bien de orden matemático: la elegancia de una ecuación consiste en la simplicidad y en la necesidad de su solución. El ideal del diseño es la invisibilidad: los objetos funcionales son tanto más hermosos cuanto menos visibles. Curiosa transposición de los cuentos de hadas y de las leyendas árabes a un mundo gobernado por la ciencia y las nociones de utilidad y máximo rendimiento: el diseñador sueña con objetos que, como los genii, sean servidores intangibles. Lo contrario de la artesanía, que es una presencia física que nos entra por los sentidos y en la que se quebranta continuamente el principio de la utilidad en beneficio de la tradición, la fantasía y aún el capricho.

La belleza del diseño industrial es de orden conceptual: si algo expresa es la justeza de una fórmula. Es el signo de una función. Su racionalidad lo encierra en una alternativa: sirve o no sirve. En el segundo caso hay que hecharlo al basurero.

La artesanía no nos conquista únicamente por su utilidad. Vive en complicidad con nuestros sentidos y de ahí que sea tan difícil desprendernos de ella. Es como echar  un amigo a la calle.

LECCIÓN DE POLÍTICA

La técnica moderna ha operado transformaciones numerosas y profundas, pero todas en la misma dirección y con el mismo sentido: la extirpación del Otro.

Al dejar intacta la agresividad de los hombres, y al uniformarlos, ha fortalecido las causas que tienden a su extensión. En cambio la artesanía ni siquiera es nacional: es local. Indiferente a las fronteras y a los sistemas de gobierno, sobrevive a las repúblicas y a los imperios: la alfarería, la cestería y los instrumentos musicales que aparecen en los frescos de Bonampak han sobrevivido a los sacerdotes mayas, los guerreros aztecas, los frailes coloniales y los presidentes mexicanos. Sobrevivirán también a los turistas norteamericanos. Los artesanos no tienen patria: son de su aldea. Y más : son de su barrio y aún de su familia. Los artesanos nos defienden de la unificación de la técnica y de sus desiertos geométricos.

Al preservar las diferencias, preservan la fecundidad de la historia.

El artesano no se define ni por su nacionalidad ni por su religión. No es leal a una idea ni a una imagen, sino a una práctica: su oficio.

El trabajo del artesano raras veces es solitario y tampoco es exageradamente especializado, como en la industria. Su jornada no está dividida por un horario rígido sino por un ritmo que tiene más que ver con el del cuerpo y la sensibilidad que con las necesidades abstractas de la producción. Mientras trabaja puede conversar y, a veces, cantar. Su jefe no es un personaje invisible sino un viejo que es su maestro y que casi siempre es su pariente o, por lo menos, su vecino. Es revelador que, a pesar de su naturaleza marcadamente colectivista, el taller artesanal no haya servido de modelo a ninguna de las grandes utopías de Occidente. De la ciudad del Sol de Campanella al falansterio de Fourier y de éste a la sociedad comunista de Marx, los prototipos del hombre social perfecto no han sido los artesanos sino los sabios- sacerdotes, los jardineros- filósofos y el obrero universal, en el que la praxis y la ciencia se funden.

No pienso, claro, que el taller de los artesanos sea la imagen de la perfección; creo que su misma imperfección nos indica cómo podríamos humanizar a nuestra sociedad: su imperfección es la de los hombres, no la de los sistemas. Por sus dimensiones y por el número de personas que lo componen, la comunidad de los artesanos propicia la convivencia democrática; su organización es jerárquica pero no autoritaria y su jerarquía no está fundada en el poder sino en saber hacer: maestros oficiales, aprendices; en fin, el trabajo artesanal es un quehacer que participa también del juego y de la creación. Después de habernos dado una lección de sensibilidad y fantasía, la artesanía nos da una de política.

LECCIÓN DE VIDA

El artista antiguo quería parecerse a sus mayores, ser digno de ellos a través de la imitación. El artista moderno quiere ser distinto y su homenaje a la tradición es negarla.

Cuando busca una tradición, la busca fuera de Occidente, en el arte de los primitivos o en el de otras civilizaciones.

El arcaísmo del primitivo o la antigüedad del objeto sumerio o maya, por ser negaciones de la tradición de Occidente, son formas paradójicas de la novedad.

La estética del cambio exige que cada obra sea nueva y distinta de las que la preceden; a su vez la novedad implica la negación de la tradición inmediata.

La tradición se convierte en una sucesión de rupturas.

El frenesí del cambio también rige a la producción industrial, aunque por razones distintas: cada objeto nuevo, resulta de un nuevo procedimiento, desaloja al objeto que lo precede.

La historia de la artesanía no es una sucesión de invenciones ni de obras únicas ( o supuestamente únicas). En realidad la artesanía no tiene historia, si concebimos a la historia como una serie ininterrumpida de cambios.

Entre su pasado y su presente no hay ruptura, sino continuidad. El artista moderno está lanzado a la conquista de la eternidad y el diseñador a la del futuro; el artesano se deja conquistar por el tiempo.

Tradicional pero no histórico, atado al pasado pero libre de fechas, el objeto artesanal nos enseña a desconfiar de los espejismos de la historia y de las ilusiones del futuro. El artesano no quiere vencer al tiempo, sino unirse a su fluir. A través de repeticiones que son asimismo imperceptibles pero reales variaciones, sus obras persisten. El destino de la obra de arte es la eternidad refrigerada del museo; el destino del objeto industrial es el basurero. La artesanía escapa al museo y, cuando cae en sus vitrinas, se defiende con honor: no es un objeto único sino una muestra. Es un ejemplar cautivo, no un ídolo. La artesanía no corre pareja con el tiempo y tampoco quiere vencerlo. Los expertos examinan periódicamente los avances de la muerte en las obras de arte: las grietas en la pintura, el desvanecimiento de las líneas, el cambio de los colores, la lepra que corroe lo mismo a los frescos de Ajanta que a las telas de Leonardo. La obra de arte, como cosa, no es eterna. ¿Y cómo idea? También las ideas envejecen y mueren. Pero los artistas olvidan con frecuencia que su obra es dueña del secreto del verdadero tiempo: no la hueca eternidad sino la vivacidad del instante. Además, la obra de arte tiene la capacidad de fecundar los espíritus y resucitar, incluso como negación, en las obras que son su descendencia.

Para el objeto industrial no hay resurrección: desaparece con la misma rapidez con que aparece. Si no dejase huellas sería realmente perfecto; por desgracia, tiene un cuerpo y, una vez que ha dejado de servir, se transforma en desperdicio dificilmente destructible. La indecencia de la basura no es menos patética que la de la falsa eternidad del museo.

La artesanía no quiere durar milenios ni está poseída por la prisa de morir pronto.

Transcurre con los días, fluye con nosotros, se gasta poco a poco, no busca a la muerte ni la niega: la acepta. Entre el tiempo sin tiempo del museo y el tiempo acelerado de la técnica, la artesanía es el latido del tiempo humano. Es un objeto útil pero que también es hermoso: un objeto que dura pero que se acaba y se resigna a acabarse; un objeto que no es único como la obra de arte y que puede ser reemplazado por otro objeto parecido pero no idéntico. La artesanía nos enseña a morir y así nos enseña a vivir"

Fragmentos del ensayo “El uso y la contemplación”

Octavio Paz. Premio Nobel de Literatura 1990.



Palestra sobre identidade e território em Tijuana - México

Vejam na íntegra a palestra no colégio da fronteira Norte, na cidade de Tijuana, México.
http://www.colef.mx/?evento=identidad-territorio