22 de junho de 2016

10 puntos para reflexión y discusión

1. Los alumnos que ingresan hoy en la universidad entrarán en el mercado alrededor del año de 2020, en su mayoría con una visión del diseño de los años 70’.
2. La enseñanza del diseño basada en las especialidades clásicas (industrial, grafico, interiores y moda) ya no encuentra resonancia en la realidad del mercado de trabajo.
3. Enseñar proyecto por quien nunca proyectó es un equívoco pedagógico y un desvío ético.
4. Las reales y más urgentes demandas de la sociedad no seducen ni a los alumnos, ni a la mayoría de los profesores de diseño, que prefieren soñar con una realidad que no existe en los países de Latinoamérica.
5. El paradigma de las universidades de actuar en en el trinomio enseñanza, investigación y extensión no es practicado por casi ninguna de las instituciones que enseñan diseño.
6. El mejor modo de evaluar una escuela de diseño es a través del trabajo de sus alumnos.
7. El diseño no se enseña, se aprende en la práctica. El diseño desconectado de una teoría que lo justifique no es diseño.
8. La única cosa que define la especialidad de un diseñador son los procesos de producción que dominan, pues los fundamentos y las metodologías son las mismas.
9. La cultura es el insumo fundamental para la enseñanza y la práctica del diseño.
10. La asimetría entre oferta y demanda de diseño, culpa de una enseñanza desconectada de la realidad, es un caos social.

2 comentários:

  1. Muy interesante no solo como reflexión y discusión...también como análisis y diagnóstico. No me atrevo a decir que tengo un conocimiento claro sobre la actual situación de la educación y práctica del diseño en estos tiempos de transformaciones culturales, sociales y económicas tan fuertes, pero sin duda hay aspectos fundamentales que no han sido superados desde los 70’s y de los cuales depende el futuro de la profesión conforme nos adentramos en el siglo 21

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  2. Curiosamente, el secreto de una buena enseñanza universitaria es bastante público en otras disciplinas, y realmente me asusta que los docentes de diseño no puedan o no quieran verlos e implementarlos en la enseñanza de estas profesiones.

    Uno de los puntos más duros que expones nos dice que no es posible que alguien que no haya proyectado, quiera enseñar a proyectar, lo cual es bastante cierto. Contamos con un ejército de docentes de diseño en latinoamérica que nunca han generado un producto o entregado un diseño a un cliente para darle valor a sus propuestas de negocios, y en esas manos están las universidades dejando la responsabilidad de la educación de los futuros diseñadores... triste panorama.

    Sin embargo, es importante agregar, que además del trinomio de actividades Enseñanza-Investigación-Extensión que toda universidad debe de realizar, hay que hacer énfasis en los actores que le dan validez a las acciones y propuestas de los estudiantes; Universidad-Industria-Estado, y lograr con ello una aproximación más sólida a los problemas que cada región y/o país tiene de manera particular en donde la acción de los diseñadores pueda generar valor y apoyar a las industrias locales. De nada sirve enseñar, por ejemplo, a nuestros estudiantes a diseñar automóviles, si esa industria no tiene un actor importante en su región que pueda integrar tanto las propuestas como las personas en su cadena de valor. De la misma forma en que algunas escuelas buscan que los diseñadores sean actores de cambio ante problemas sociales (muy loable), deberían además a enseñarles a ubicar los centros de producción que estarán interesados en sus propuestas, o entrenarlos además como empresarios para echar a andar sus propuestas.

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